"Y nos encontramos esa noche, luego de una larga espera, estaba ahí, a solas, en esa oscuridad con aire de romanticismo. El dejo caer su chaqueta lentamente sobre la silla y lanzándome una mirada picara sonrío con ésa sonrisa que me mataba, ésa mirada que hacía temblar lo más profundo de mi ser, con su cabello negro sobre sus oídos recogiéndolo, se acerco a mi lentamente, quitando sus gafas, dejándolas sobre una pequeña mesa de noche, me tomo de los hombros, y acerco el torso de su mano a mis mejilla, voltee instintivamente y la bese, lo deseaba, deseaba estar en sus brazos hacía mucho tiempo, sentir su calor, sentir todo su amor en mí, toda su pasión sobre mi cuerpo... era un deseo sobrehumano difícil de contener.

Sutilmente se acerco a mis labios, y comenzó a besarme lentamente, tomándome de la barbilla con una mano y de mi cadera con la otra, acercando su cuerpo a él mío, poniendo las manos contra su pecho, sentí como los latidos de su corazón se aceleraban... y lo bese son pasión, con ésa pasión desmedida que me hacía amarlo con locura... mordiendo lentamente mis labios, la ropa comenzó a caer sobre el piso, y sus manos comenzaron a recorrer mi espalda hasta mis piernas, y un "te deseo" escapando de nuestros besos apasionados y nuestras lenguas inquietas.

Me tomo en sus brazos y se sentó frente a mi, postrando mi cuerpo desnudo y con la yema de sus dedos recorriendolo, los vellos de mi cuerpo se erizaban al sentirlo, y en un arrebato, me tomo y comenzó a besarme entre los senos, y el calor comenzó a recorrerme por el cuerpo, por fin era suya, por fin me entregaba a él, por fin iba a consumar ese deseo que me iba a hacer viciosa de sus besos, viciosa de él. Mis morenos pesones yacían endurecidos entre el deseo y la lujuria, hacía de mi cuerpo lo que yo deseaba, postrándome frente a él, con mi cuerpo tendido entre las sabanas, acaricio desde mis hombros a mi entrepierna, haciendo mi sangre recorrer mi cuerpo con tal frenesí imparable, y mi respiración acelerar, me hacía una entre el deseo, y el calor llegaba entre mis piernas, el deseo de sentirlo dentro de mi crecía y crecía.

Sintiendo el calor de sus manos entre mis piernas, con el calor y la humedad haciéndose una, dije su nombre, entre gemidos y suspiros entre cortados dije su nombre una y otra vez al borde del grito, y sintiendo como lentamente estaba dentro de mi, una y otra vez, cada vez más rápido, me robaba la inocencia y me hacia sentir lo que deseaba, deseaba ser suya, deseaba ser su mujer..."


Cartas de Pasión de una Enamorada (Propio)