Sus admoniciones me provocaron un estado de angustia profunda. Estuve seguro de que él esperaba que algo ocurriese. Le pregunté por qué me recomendaba cantar las canciones de Mescalito, y qué cosa creía él que fuera a asustarme. Río y dijo que tal vez me diese miedo de estar solo. Entró en la casa y cerró la puerta tras de sí. Miré mi reloj. Eran las 7 p.m. Estuve sentado en calma un largo rato. No salían ruidos del cuarto de don Juan. Todo estaba tranquilo, hacía viento. Pensé en correr a mi coche a sacar una mampara, pero no me atreví a actuar contra el consejo de don Juan. No tenía sueño, sino cansancio; el viento frío me imposibilitaba descansar.



admonición 忠告

にほんブログ村 その他日記ブログへ
にほんブログ村