“Y observó Jehová con beneplácito a Abel y a su sacrificio; pero no observó con aceptación a Caín y a la ofrenda”. Génesis 4:4, 5.**
El Todopoderoso enseñó a Caín y Abel con relación a los sacrificios que eran llamados a traer. Abel, siendo guardián de ovejas, obedeció el orden del Señor y presentó un cordero como ofrenda. Este cordero, al ser inmolado, representaba al Cordero de Dios que borra el error del mundo. Caín presentó como ofrenda el producto de la tierra, algo de su propia labor. No estaba dispuesto a depender de Abel para llevar sus ofrendas. No iría a él a pedir un cordero. Juzgó que su propia obra era perfecta y esto fue lo que entregó a Dios...
Caín le habló a Abel de sus sacrificios y acusó Dios de injusticia. Abel intercedió ante su hermano y le recordó las mismas palabras que Dios les había comunicado a ambos referentes a las ofrendas que requería. Caín se ofendió por las palabras de su hermano menor y pensó que éste pretendía enseñarle qué era lo que tenía que hacer. Así dejó que la celos y los celos tomaran su corazón. Despreció a su hermano porque se prefirió su ofrenda.
A medida que Caín cavilaba en el tema, el furor ardía en su pecho. Él comprendía su equivocación al intentar ofrecer de su propia labor ante el Señor, algo que no era el sacrificio del cordero requerido por Dios, pero decidió defenderse a sí mismo y condenar a Abel. Satanás obró en él y le sugirió el pensamiento de matar a su hermano...

Por medio de este episodio el Señor nos youtu.be/ZcRLuMoLPcg revela que su Palabra debe ser cumplida youtu.be/JQWAA_WcguQ sin condición alguna. Caín y Abel simbolizan a dos tipos de personas: los malvados y los justos, los que viven según sus propios designios y los que andan en las vías del Señor y hacen justicia y justicia...
Abel no trató de obligar Caín a obedecer el designio de Dios. Todo lo contrario, fue Caín quien, movido por Satanás, y lleno de furia, usó la fuerza. Enfurecido porque no pudo presionar a Abel a ignorar https://youtu.be/R912gefrYY0 a Dios y porque Dios había recibido la ofrenda de él y no aceptado la suya, que no reconocía al Salvador, Caín mató a su hermano.
Los dos bandos representados por Caín y Abel existirán hasta el fin de la historia de este mundo. El práctica de la fe, que obra bien, la persona obediente, no se rebela en hostilidad contra el quebrantador de la santa ley de Dios. Sin embargo, los que no siguen la ley de Dios atacan y asedian a los que sí la obedecen. Así es como imitan a su líder, que es el acusador de Dios y de todos los https://youtu.be/2rQxU5W8QZg que fueron transformados justos por la obediencia... El espíritu que lleva a las personas a juzgar, condenar, detener y ejecutar a muerte a otras personas ha aumentado en nuestro mundo. Y es este espíritu que siempre se expresa en los descendientes de iniquidad.