La historia de la Alhambra está ligada a la situación geográfica de Granada. El Palacio de la Alhambra está situado en una colina rocosa, de bastante difícil acceso, a riberas del río Daro, protegido por montañas y rodeado de bosques, en el casco viejo de la urbe, alzándose como un imponente castillo de muros rojizos que ocultan desde el exterior la frágil belleza del interior.
Concebida inicialmente como zona militar, la Alhambra se convirtió en la residencia real y la corte de Granada tras la fundación del reino nazarí a mediados del siglo XIII, cuando el primer palacio fue construido por el rey fundador Mohammed ibn Yusuf ben Nasr, conocido como Alhamar.
En los siglos XIII, XIV y XV, la fortaleza se convirtió en una ciudadela con altas murallas y torres defensivas, con 2 zonas principales: la Alcazaba (distrito militar), con los cuarteles de la guardia real, y la Medina (urbe palatina), con los restos del famoso palacio nazarí y las casas de los nobles y ciudadanos que vivían allá. El palacio de Carlos V, construido tras la conquista por los Reyes Católicos en 1492, asimismo se halla en la Medina.
Al otro lado de la Alhambra, rodeado de huertos y jardines, se halla otro palacio, un conjunto monumental llamado el Generalife, que fue la residencia de los reyes de Granada.
El nombre de Alhambra proviene de una palabra árabe que significa "castillo rojo o bien bermellón". Se debe al color de las torres y las murallas, construidas absolutamente cerca de la colina de La Sabica, que semejan plateadas a la luz de las estrellas y doradas a la luz del sol. No obstante, hay una explicación más poética. Procede de un cronista musulmán que charló de la construcción de la Alhambra "a la luz de las antorchas". Construida originalmente con fines militares, la Alhambra era asimismo una Alcazaba, un Alcázar y una pequeña Medina. Este triple carácter nos ayuda a comprender las múltiples peculiaridades de este monumento.
La Alhambra solo se mienta como residencia real en el siglo XIII, pero la fortaleza existía desde el siglo IX. Los Jirtes, los primeros reyes de Granada, tenían castillos y palacios en la colina del Albaicín, pero ahora no queda nada de ellos. Los gobernantes de los Zirtes fueron seguramente los emires que construyeron la Alhambra en 1238.
El creador de la dinastía, Muhammad al-Ahmar, se propuso restaurar la antigua fortaleza. Su hijo, Mohamed II, completó su obra y sus sucesores inmediatos continuaron las reparaciones. La construcción del palacio (conocido como Antiguo Palacio Real) data del siglo XIV y es obra de dos grandes reyes. Yusuf I y Mohamed V, a quienes se atribuye la restauración mejor tour alhabra del palacio, entre otras cosas. Diríase que trabajó en el Salón de Comares, la Puerta de la Justicia, los baños y parte de la torre. Su hijo, Mohamed V, completó la decoración del palacio, incluyendo el Salón del León, las habitaciones y las fortificaciones.
El Palacio de la Alhambra se transformó en una corte cristiana cuando los monarcas católicos conquistaron Granada en mil cuatrocientos noventa y dos. Después, se construyeron edificios para ciudadanos sobresalientes, cuarteles militares, iglesias y un convento franciscano.